Claves para el funcionamiento y mantenimiento del aire acondicionado de tu vehículo

Claves para el funcionamiento y mantenimiento del aire acondicionado de tu vehículo

Conducir con calor es uno de los principales inconvenientes en estos meses del año, sobre todo para aquellas personas que tienen que pasar muchas horas al volante. Por eso, el sistema de refrigeración de los automóviles, conocido comúnmente como aire acondicionado, se convierte en un indispensable en la época veraniega. ¿Pero alguna vez te has parado a pensar en cómo funciona y en cómo debes mantenerlo para evitar posibles averías? Te lo explicamos a continuación.

¿Cómo funciona el aire acondicionado del coche?
El sistema de refrigeración de los coches funciona transformando el aire del exterior en aire frío. Esto se hace con un gas que circula a través de un circuito que, a su vez, utiliza la potencia del motor de combustión interna del vehículo para trabajar. El funcionamiento del circuito sigue el siguiente proceso:

En primer lugar, el compresor aspira el aire del exterior y junto con el gas lo comprime y lo pone en circulación.
A continuación, el condensador, que recibe el gas a presión, lo transforma en líquido y le baja la temperatura.
El filtro deshidratante se encarga después de retener las partículas de suciedad y de controlar la calidad del líquido.
El líquido pasa a continuación a la válvula de expansión, que es la encargada de regular la cantidad de líquido que debe entrar más tarde en el evaporador.
Después, el evaporador se encarga de evaporar el líquido, enfriarlo y lanzarlo en forma de aire frío al habitáculo del vehículo.
En este punto, el filtro del habitáculo elimina las impurezas que hayan podido quedar en el aire frío.
Por último, el compresor aspira de nuevo aire y junto con el gas sigue llevándolo de nuevo a su interior para seguir comprimiéndolo y enviándolo a través del circuito cerrado, repitiéndose así todo el proceso.
¿Qué tipo de mantenimiento necesita?

El sistema de aire acondicionado se deteriora en función de su uso, por lo que los profesionales recomiendan revisarlo al menos una vez al año, preferiblemente antes de la época estival. No obstante, aunque realices de forma correcta el mantenimiento de este sistema, pueden producirse averías que deben solventarse adecuadamente, ya que, a la larga, pueden suponer un gran desembolso económico.

Que la temperatura del coche no baje si el sistema está en funcionamiento, que emita un olor desagradable a humedad o que haya poco caudal de aire suelen ser síntomas de que no está funcionando correctamente. En estos casos, lo mejor es que acudas a tu taller de confianza para que detecten el problema y te propongan una solución, que en muchos casos pasará por acciones de mantenimiento tan simples como recargar de gas el circuito o sustituir los diferentes filtros.

Errores más comunes a la hora de utilizar el aire acondicionado del vehículo

Encender el aire al máximo cuando entras en el vehículo. Este es uno de los errores más frecuentes, y es que, sobre todo en verano, cuando subes al vehículo después de que este haya estado aparcado al sol, la temperatura y la sensación de sofoco suelen ser insufribles. En estos casos, antes de encender el aire al máximo y gastar una gran cantidad de energía y combustible, los profesionales recomiendan abrir todas las puertas y ventanas del vehículo y expulsar todo el aire caliente que podamos, ya que, de lo contrario, normalizar la situación será prácticamente imposible. Después de esto, ya puedes encender el sistema de refrigeración y esperar a que el vehículo alcance una temperatura adecuada.
Programar una temperatura incorrecta. La temperatura recomendada para un correcto funcionamiento del sistema es de entre 22 y 23 grados. Si lo programas con una temperatura inferior durante un largo periodo de tiempo puedes incrementar el consumo de combustible del vehículo hasta en un 20% de forma innecesaria.
Activar el botón de recirculación del aire. Activar este botón puede provocar que los cristales se empañen y esto puede perjudicar a la conducción. Lo recomendable es utilizar la función automática y dejar que el sistema regule por sí mismo el flujo de aire y la temperatura.
No activar el aire en los momentos adecuados. Hay situaciones en las que seguros que crees que no es necesario activar el aire acondicionado, por ejemplo, cuando estas a la sombra y todavía no hace mucho calor. Nada más lejos de la realidad. En estos casos se recomienda encender el aire acondicionado, aunque sea al mínimo, para evitar que los cristales se empañen si sube la temperatura en el exterior.
Orientar mal los difusores. Para evitar que el aire llegue más a unos ocupantes del coche y menos a otros, lo mejor es orientar los difusores hacia arriba. Así se creará una sensación de ?cortina de aire? y todos podrán sentir la misma sensación de frescor.
Olvidar el mantenimiento. Como hemos comentado antes, el mantenimiento es indispensable si quieres que el sistema funcione correctamente durante mucho tiempo. En este sentido, se recomienda recargar el gas y cambiar los filtros cada 15.000 km. Además, como truco, y para evitar posibles obstrucciones del sistema, es bueno encender el aire acondicionado de forma periódica también durante el invierno.
En definitiva, el sistema de refrigeración del vehículo es uno de los componentes de comodidad más valorados por los usuarios, sobre todo en la época veraniega. Y esto no es solo por la sensación agradable de bienestar que nos aporta, sino también por el papel fundamental que desempeña en la seguridad del vehículo, pues si pasamos calor mientras conducimos, el cansancio y la fatiga se agudizan y consecuentemente la peligrosidad aumenta.



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